Como todos los lenguajes, la arquitectura
necesita un sistema de anotación, una escritura, con la que poder transmitir o
recordar la idea o el sentimiento que se quiere transmitir.
El
lenguaje común de comunicación,
nuestra lengua, utiliza la escritura como sistema de anotación, la
literatura es una elaboración artística de la lengua y utiliza su mismo
sistema de anotació: la escritura.
Las artes más abstractas, mejor dicho, las artes en que la materialidad física no tiene una presencia durable, como pueden ser la música o el cine, teatro u ópera -artes que podríamos decir que se apoyan sólamente en la memoria- necesitan un código más específico, en el caso de la música las partituras, anotación abstracta sobre el pentagrama, un sistema específico, que se ha ido definiendo más precisamente para poder memorizar, transmitir a los instrumentistas, o publicar en papel la obra sin necesidad de una grabación (hasta el siglo XX no tuvimos posibilidad de hacerlas); en el caso del cine se utiliza la escritura, apoyada de imágenes fijas o bocetos como guión o o en la ópera el libreto + escenografía.
Las artes más abstractas, mejor dicho, las artes en que la materialidad física no tiene una presencia durable, como pueden ser la música o el cine, teatro u ópera -artes que podríamos decir que se apoyan sólamente en la memoria- necesitan un código más específico, en el caso de la música las partituras, anotación abstracta sobre el pentagrama, un sistema específico, que se ha ido definiendo más precisamente para poder memorizar, transmitir a los instrumentistas, o publicar en papel la obra sin necesidad de una grabación (hasta el siglo XX no tuvimos posibilidad de hacerlas); en el caso del cine se utiliza la escritura, apoyada de imágenes fijas o bocetos como guión o o en la ópera el libreto + escenografía.
Al igual que en estos últimos, tradicionalmente los arquitectos hemos
utilizado el dibujo (edemás de la escultura: maquetas; la escritura: memoria de proyecto; o aspectos matemáticos y contables para definir el presupuesto etc) para explorar, transmitir y
recordar las ideas y los detalles de nuestra obra y de este modo tener un
documento previo a la ejecución: "proyecto" que nos permita, a nosotros mismos o a quienes participan en el proceso
de producción, memorizar (al arquitecto) y poder aprobar (al clientes) o conocer con anticipación (al cosntructor), saber que tienen
que hacer en obra (colaboradores) etc.
De
este modo debemos entender y utilizar
el dibujo, los ordenadores, los textos o la escritura y cálculos no
como fin último, sino como instrumentos o herramientas para poder
definir y transmitir nuestro proyecto.
Para ello proponemos estudiar otro sistema de
anotación, alternativo al dibujo, o derivado de éste y entender sus claves para a partir de él tener un punto de vista
más instrumental que nos facilite el trabajo de proyectar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario